Amigo Paúl Lennon,
Haciendo uso de la parábola que mencionara el Rev. Ortiz, quiero que entienda claramente que no fue el Padre quien hecho a su hijo de su presencia, sino que fue el hijo quien decidió alejarse. No vienen al cazo las circunstancias que causaron su alejamiento de Dios, pues ante Dios no tenemos excusas. Ahora veo que a usted le esta pasando algo muy positivo que también le aconteció al hijo prodigo de la parábola. ¡Sintió nostalgia por su hogar! Creo que luego que nos alejamos de nuestra tierra (en este caso la iglesia), y de nuestra familia (espiritual), llega el momento en que el Espíritu de Dios habla a nuestro espíritu, haciéndonos saber que podemos regresar, y comenzamos a sentir esa nostalgia de regresar. Déjeme decirle con toda seguridad que el Padre siempre ha estado con los brazos abiertos esperando su regreso. Y cuando usted se arme de valor y regrese, habrá grande fiesta en los cielo, Porque un hijo se había perdido y ha sido hallado, había muerto (espiritualmente) y ha resucitado.
Rev. Alfonso Díaz - IBHVI