LAS TEMPORADAS DE TU VIDA
“Pues si algunas de las ramas fueron desgarradas, y tu, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tu a la raíz, sino la raíz a ti” (Romanos 11:17, 18)
Había un hombre que tenia cuatro hijos. El quería que sus hijos aprendieran a no juzgar las cosas precipitadamente. De manera que el envió a cada uno de ellos a una investigación, a que fueran y observaran un árbol de peras que se veía a larga distancia de donde ellos estaban.
El primer hijo lo envió en el invierno, el segundo en la primavera, el tercero en el verano y el cuarto lo envió a investigar el árbol en el otoño.
Cuando los cuatro hijos terminaron su tarea, el padre los reunió para que cada uno de ellos le describiera el árbol que habían investigado.
El primer hijo dijo que el árbol era muy feo, estaba a jorobado y torcido. El segundo hijo dijo que el árbol estaba cubierto de muchos insectos verdes y se veía lleno de muchas promesas pues estaba floreciendo. El tercer hijo no estaba de acuerdo con lo que sus hermanos estaban informando; el dijo que el árbol estaba robusto con muchas ramas que olían a dulce y se veía muy hermoso. Era el árbol mas hermoso que el jamás había visto.
El ultimo hijo no estuvo de acuerdo con el informe de sus hermanos; el dijo que el árbol se estaba desgarrando y cayéndose de tantas peras, y que estaba lleno de vida y se veía muy realizado.
El hombre entonces explico a sus hijos que todos ellos estaban diciendo lo correcto, porque cada uno de ellos habían observado el árbol solamente en una temporada en la vida del árbol. El les dijo a ellos que uno no puede juzgar al árbol, o a ninguna persona, por una sola temporada. Que la esencia de lo que ellos son, y el placer, gozo, y amor que manan de esa vida, solamente se puede medir al final, cuando todas las temporadas hallan pasado.
Si tú te rindes en el invierno de tu vida, tú te vas a perder las promesas de la primavera, la belleza del verano y la realización del otoño.
No permitas que el dolor de una temporada destruya el gozo de las otras. No juzgues la vida por una temporada difícil. Persevera a través de los remiendos de dificultades, que mejores tiempos vendrán de seguro en su tiempo.
Aspira para inspirar…antes de expirar.
Vive simple, ama generosamente, cuida profundamente, habla humildemente y déjale el resto a Dios.
La alegría te mantiene dulce, las pruebas te mantienen fuerte, el dolor te mantiene siendo humano, los fracasos te mantienen humillado, las victorias te hacen crecer.
Pero Dios te mantiene con fuerzas.
Acuérdate que solo Dios, es quien puede cerrar o abrirte puertas.
Dr. Alfonso Díaz - IBHVI